jueves, 19 de diciembre de 2013

2013, un año tal vez para olvidar.

Al final.........esperanza
O así debería ser el final de un terrible año, un año donde millones de ciudadanos del estado español y del resto de Europa,  han comprobado como sí era posible perder derechos y libertades que parecían intocables, han sentido en sus  carnes la perdida progresiva de su nivel de vida y el desmantelamiento progresivo y sistemático,  de los sistemas públicos que redistribuían la riqueza de tal modo que los más desfavorecidos eran destinatarios de beneficios que todos pagábamos con nuestros impuestos.

2013 tendría que olvidarse, pero lo más terrible es que el 2014 no se prevé mejor, por lo menos para las clases medias y bajas,  y que nos esperan todavía  años de una profunda recesión económica, si hablamos de economía real y no de la macro -economía con la que nuestros próceres se llenan la boca.
En los medios de comunicación se siguen desgranando nuevos cierres de empresas, eres de plantillas casi completas y un ambiente entristecido ante la imposibilidad de millones de personas de encontrar un trabajo para, solo, poder sobrevivir. Mientras, organismos internacionales dan otra vuelta de tuerca “aconsejando” la reducción de salarios y la “flexibilización” de los despidos masivos y la subida de impuestos
Los trabajadores, los autónomos, las pequeñas empresas, estamos pagando esta situación, que nosotros no hemos creado, sin que la Administración tome medidas para reanimar el consumo interno, que está en la UVI, para que los bancos que hemos rescatado con nuestro dinero, nos faciliten créditos y volver a poner en marcha un sistema económico que la burbuja inmobiliaria hizo estallar en mil pedazos

Y, aun así, seguimos siendo unos privilegiados si giramos la cara y miramos a África o Asía, donde millones de seres humanos mueren de hambre y sed o viven semi-esclavizadas en talleres y fábricas, de donde salen los productos que nosotros, con aquella alegría consumista que nos “consumió”,  comprábamos en las tiendas baratas.

Pero no hay voluntad de cambio, ni Zapatero la tuvo, ni Rajoy la tiene, no hay intención de realizar reformas estructurales, más allá de las que nos afectan directamente a los sufridos ciudadanos, pronto siervos al paso que vamos;  reformas que controlen de verdad el funcionamiento de las administraciones publicas para evitar despilfarros y corrupciones, reformas que equiparen legalmente a todos por igual, tanto en derechos como en deberes, reformas para conseguir que nuestra economía salga del marasmo post-consumista, esa especie de mareo,  en el que nos movemos.
Por contrario, el discurso de Rajoy, no ha significado más que un continuísmo de la política ramplona y servilista  practicada por Zapatero, con unos objetivos y unas propuestas que para cualquiera que esté acostumbrado a oír a los políticos, no son más que brindis al sol y por lo demás más de lo mismo. Si a la poca talla de nuestros políticos, añadimos la fácil excusa de la crisis y la cerrazón de la mayoría absoluta, el resultado son  los recortes drásticos que se han producido, en los servicios sociales, en la sanidad y la escuela publica, sin olvidarnos del abandono de las infraestructuras que tan importantes son para un país y su funcionamiento
Y....lo que digan los mercados, porque con la deuda que tiene el estado central, su necesidad de ahorrar cargando el “fardo” en los ciudadanos más débiles, parece una broma de muy mal gusto

Creo con firmeza que se podrían hacer nuevos nichos de trabajo en materias con el medio ambiente y su aprovechamiento racional, los servicios sociales que además de crear trabajo aumentan el nivel de vida de nuestros dependientes, apostando firmemente por la investigación, apoyando la cultura y sus manifestaciones, aplicando medidas efectivas para el emprendimiento, ...........imaginando, cosa la cual hacen muy poco los que nos gobiernan.

Al final del 2013, solo nos queda esperanza,  porque sin ella será muy complicado afrontar los tiempos difíciles que nos está tocando vivir, así que hay que aferrarse a ella,  buscar dentro de nuestros corazones lo mejor de nosotros mismos y seguir luchando porque un mundo mejor tiene que ser posible, por todos y para todos.


Paz, amor y trabajo





jueves, 12 de diciembre de 2013

“La novia del viento”


Si algo  imprime el carácter de los aragoneses,  son  nuestros vientos, que nos azotan o acarician según las estaciones y la orografía.
Tal vez, el más famoso por su dureza y frescor, es el cierzo, viento del NO que sopla a través del valle del Ebro, encajonado entre el Pirineo y el Sistema Ibérico, con la misma fuerza y constancia que nos imprime en nuestra manera de ser y afrontar la vida.
En Zaragoza conocemos de sobra sus efectos, podemos estar dos semanas seguidas, e incluso más, sufriendo en invierno la tozuda persistencia de sus frías rachas y en verano refrescando los tórridos días de la canícula. Tal vez por eso Eugenio D´Ors nos llamó “la novia del viento”.
Aparte de ser uno de nuestros más genuinos fenómenos  meteorológicos, el cierzo (zierzo, ziercera, cierzada......), influye poderosamente en nuestra vida cotidiana y como ya hemos comentado en el carácter de los habitantes de la ciudad, tenaces (tozudos dicen otros) y valientes ante los lances de la historia  y ante los conflictos que de cotidiano se presentan por estos lugares.
Parece, que durante mucho tiempo hemos vivido de espaldas a un fenómeno que debería empezar a formar parte de nuestra riqueza natural y que podríamos aprovechar para reivindicar nuestra ciudad, dándole una impronta poderosa como otras ciudades del mundo.
Así pues nos encontramos ante una realidad física, material, que con aprovechamientos para la industria e incluso para el propio consumo de la ciudad y sus habitantes, podría proporcionarnos energía ilimitada, barata y ecológica.
Zaragoza, podría apostar por la ecología industrial, aportando un valor añadido a su estimable situación estratégica en la península ibérica,  a la existencia de un aeropuerto de gran importancia logística y de una gran cantidad de suelo industrial improductivo.
El Gobierno de Aragón, la Universidad, los agentes sociales, son los que tendrían que impulsar este tipo de proyectos, que no solo darían más valor a situar empresas en nuestra ciudad y en su zona metropolitana, sino que podrían significar la creación de empresas que se especializaran en gestión ambiental, yendo más allá para responder a los retos que el futuro nos va a plantear con respecto a la sostenibilidad de nuestra industria y al agotamiento de los recursos naturales.



Y, también existe otra realidad, esta inmaterial, sobre como esta ciudad, debe afrontar una apertura hacia el exterior de un modo original y personal. ¿Por qué no hacer marca de nuestra ciudad aprovechando nuestro viento?.
La necesidad de crear marcas reconocibles es el “mal” de nuestro tiempo y aunque somos la quinta ciudad del estado no hemos logrado despegar como otras ciudades, que siendo más pequeñas, consiguen crear esa marca que las identifica de cualquier otra y crea riqueza tanto para los municipios como para los sectores hosteleros y comerciales que se benefician de esa particularidad por la que se visita esa ciudad. (un museo importante, un patrimonio bien conservado, una cultura particular....)
No tenemos políticos de talla para llevar a cabo proyectos como estos y aquí ni se ha cuidado el patrimonio, ni la cultura, ni la tradición..........bueno, nunca es tarde, el cierzo nos seguirá azotando, acariciando, conformando, acojámoslo como un buen compañero de viaje y aprendamos a sacar partido de sus beneficios



martes, 3 de diciembre de 2013

OBLIGACIONES DE LOS USUARIOS DE EQUIPOS A PRESIÓN DE AIRE COMPRIMIDO



Los equipos a presión que se usan en aire comprimido, denominados habitualmente depósitos, contienen aire sometido a presión por la acción de la máquina compresora. Como cualquier equipo a presión, su clase, aplicación, diseño y fabricación, están sometidos al Reglamento de Equipos a Presión (Real Decreto 2060/2008, de 12 de diciembre)
En el articulo 9 del Reglamento, se establecen las obligaciones que tienen los usuarios de los equipos a presión y sus instalaciones. Hay que conocer y aplicar estas obligaciones para evitar los riesgos que entrañan estos equipos.
En primer lugar, el fabricante debe informar sobre la utilización, medidas de seguridad y mantenimiento de los equipos. Conocer y aplicar estas medidas será obligación del usuario, no pudiendo poner en servicio el equipo y su instalación si no cumplen los requisitos reglamentarios
Así mismo debe disponer de la documentación correspondiente al equipo:
 Declaración de conformidad
 Instrucciones del fabricante
Certificado-comunicación de instalación 
Certificado de última inspección (si procede)
Certificado de modificación y/o ampliación (si procede)
Esta documentación estará a disposición del órgano competente de la comunidad autónoma y de las empresas que realicen las operaciones de inspecciones periódicas, mantenimiento y reparación.

El usuario, debe utilizar los equipos a presión dentro de los limites que marca el fabricante, como presión máxima de servicio, temperatura máxima y mínima, etc., comprobando con regularidad que los elementos de seguridad y medida funcionan correctamente y retirando los equipos en el caso de que los dejen de cumplir los requisitos de seguridad
El usuario es responsable del mantenimiento correcto de los equipos e instalaciones, de los dispositivos de seguridad y control, debiendo realizar las inspecciones periódicas que marca el Reglamento
El usuario, debe tener y mantener al día un registro de los equipos a presión, donde se detallen sus características principales:
Fabricante
Volumen
Presión máxima de servicio
Presión de prueba
Nº fabricación
Nº placa instalación
Inspecciones realizadas y fechas próximas de inspecciones a realizar.

Finalmente, resaltar la importancia que tiene este capítulo en materia de prevención de riesgos laborales, resaltando que la seguridad en la instalación, uso y mantenimiento de estos equipos es labor y responsabilidad del usuario.
Si tiene dudas o consultas, puede dirigirse a nuestra Oficina Técnica a través de nuestro teléfono 976 132 024 o nuestro correo técnico@martincucalon.com