Después de unas
más que merecidas vacaciones,
septiembre es un buen mes para retomar el ritmo de trabajo y terminar el
año con nuevas perspectivas para el
venidero.
Es buen momento
para planificar la mejora continua que toda empresa persigue, mejorar la
producción, haciendo que los procesos sean mas rapidos y seguros con costes más
eficientes.
Por eso es
fundamental que nuestro aire comprimido llegue a los puntos de consumo sin
impurezas y condensados de agua y/o aceite, que pueden estropear nuestros
acabados, bajando la calidad de nuestros productos y siendo causa de averías en
nuestras máquinas.
Por eso,
dependiendo del tipo de producto que fabriquemos, necesitaremos aplicar a la
producción de aire comprimido, los elementos
necesarios para eliminar estas impurezas y condensados.
Por lo tanto, después de comprimir el aire,
el siguiente paso es secarlo y filtrarlo, para ello es necesario instalar un secador frigorífico y/o un secador
de adsorción. Con el aire ya libre de agua, pasamos a su depuración de
impurezas y/o vapores de aceite, colocando en la instalación y en determinados
puntos de consumo, un equipo de filtraje con
los diferentes grados de filtraje, desde 5 micras hasta 0,01 y residual de
aceite hasta 0,003 mg/m3
Posteriormente en los puntos de consumo se
pueden instalar otro tipo de accesorios como: filtros,
reguladores de presión, lubricadores y purgas manuales o automáticas.
Finalmente, debemos de tener en cuenta que
los vertidos de las purgas, que suelen evacuarse al alcantarillado, tienen
restos de aceite que son perjudiciales para el medio ambiente. Para conseguir una optima gestión de estos
residuos es imprescindible la instalación de un separador
agua/aceite, que se dimensiona según el caudal del compresor o
compresores instalados.